El desafío identitario de Martín Llaryora




El Gobernador de Córdoba Martín Llaryora enfrenta una coyuntura desafiante. Córdoba es el epicentro de un nuevo fenómeno que busca subvertir las relaciones de enfrentamiento entre Provincia y Nación que han caracterizado a los últimos gobiernos. Esta conducta tiene anclajes ideológicos históricos en el islismo cordobés, la noción de considerar a la Provincia como una isla aislada de lo que ocurre en el tablero nacional. Si bien esto es muy poderoso discursivamente, y las relaciones entre gobiernos peronistas de Córdoba y los de la Nación han sido tensas, hoy asistimos a un punto de inflexión fuerte.

Martín Llaryora es un experto en gestión, domina la cercanía y la proximidad que demanda la gestión de lo público y el gobierno local, sus resultados lo comprueban. Sin embargo, ahora, se encuentra de cara a un nuevo desafío: el de conducir una fuerza política que se ha vuelto heterogénea y que se presenta como conciliadora, consensualista, y que no desea de ninguna manera pelearse con la Nación

La politóloga y economista Julia Strada señala que la posición del gobernador cordobés y su interés en apoyar la ley ómnibus se centra en el interés del gobernador cordobes de que se liquide el fondo de garantía sustentable, plata de los jubilados, para cancelar las obligaciones que la nación tiene con la provincia. Esto es un acuerdo que solo ha logrado el gobernador cordobés y que explica en gran parte las razones por las cuales tiene un especial interés en que el capitulo fiscal de la ley sea explicito en el destino al que van a ir esos fondos.

Sobran las razones para que Martin Llaryora se aparte de su estrategia de seguir los sondeos, distanciandose de Javier Milei cuando su imagen baja del 50 %, hoy su imagen negativa supera a la positiva. Aún así Llaryora se mantendrá firme en su apoyo a la ley ómnibus y en su discurso de adecuación de la política provincial a la nacional. 

Señala la politóloga Valentina Torres que el PJ Cordobés tiene "complejos de menemismo" y busca las coyunturas que lo dejan brotar más libremente. Y sostiene que Llaryora forma parte de un plan de gobierno neoliberal.

También se podría pensar que lo que ocurre es una cuestión política estratégica, en la que Martín Llaryora se encuentra tensado entre sostener una identidad en sentido débil y otra en sentido fuerte. La que se nos presenta como de nueva gestión pública, de empresarialismo publico, es una identidad en sentido débil. La identidad fuerte es la  que demanda la estructura de la alianza partidaria en el sentido de llenar de contenido la idea de Partido Cordobés.

El Partido Cordobés es una idea fuerza central ordenadora de la política del gobernador cordobés, estructuró su estrategia de alianzas en la campaña por la gobernación en la que resultó victorioso. Y es también una condición de posibilidad para construir el relato de una posible campaña nacional de cara a las próximas elecciones. Ya sea por fuera o por dentro del PJ Nacional. 

El Partido cordobés y la identidad empresarial también son condiciones de posibilidad para sostener los apoyos materiales del Stablishment Cordobes, que apoya publicamente a Milei desde sus usinas de pensamiento. Por lo tanto es condición para sostener a los apoyos que dan vida a los sectores del Schiarettismo Cordobés, una tendencia que con los resultados de las elecciones legislativas le dió continuidad a la vida política del exgobernador Cordobés.

Entonces el desafío principal del gobernador Cordobés es hacer algo que en la gestión local nunca tuvo que hacer: construir identidades. No es que las identidades locales no existan, sino que tienen otra dimensión.

Es difícil saber si la visión del gobernador cordobés se vió condicionada por estas circunstancias. Muchos se preguntan si será capaz de expresar en esta coyuntura una política visionaria que respete las banderas tradicionales del Peronismo. 

Sus militantes están convencidos de que es un candidato presidenciable, y eso es todo lo que tienen para decir ante los posicionamientos y reposicionamientos del Gobernador Cordobés y conductor del peronismo provincial.  Valentina Torres ve en esto una señal de extravío.

¿Podrá Martín Llaryora expresar una identidad peronista como algunos anhelan?








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